martes, 22 de marzo de 2011

Instinto

El sueño

Estaba investigando algo, creo que un robo, había una mujer, cómplice del robo, que me era muy familiar, a la que le decía que la iba a llevar presa o a matarla. Me apuntó con un revolver para cambiar de camino y le dije que jamás le haria algo que la lastimara a "ella". "Ella" era nuestra hija, la mujer era la madre.

Mi hija apareció llenando de belleza el chismoso marco de una puerta, mi corazón se llenó de su calor, mis ojos rebalsaron de su hermosura, mis labios le contaron con una sonriza secreta, la felicidad que sentía sabiendo que ella era mi hija.

"¡Que hermosa estas!" Ella sonrió y se acerco.

"Hola papá" y mi corazón dejo suavemente de latir, no lo necesitaba, no necesitaba nada más.

La miré fijamente a sus ojos verdes suave como ella, mientras esa sonriza de amor me acompañaba como deseosa de presenciar, de ser parte orgullosamente, de ese momento.

"¿Sabés que tu ojo izquierdo es un poquitín más claro que el derecho?" y mi hija se arrojó a mis brazos cerrándo sus párpados y sonriendo, con toda la seguridad que brinda la protección.

En ese abrazo sentí que dejaría la vida por aquella persona, que era parte de mi carne, de mi sangre, de mis huesos. Haría todo por ella, hasta asesinar.

Nos despegamos y nos volvimos a mirar. "¿Donde vas tan linda?" "Voy con ... a cenar" (... era el padrastro), sonreí mirándola con dulzura, brindándole mi apoyo, "A mi no me podés mentir con esa sonrisa", ella sabía que su padrastro no me gustaba, y lo aceptaba.

La realidad

Me desperté con una paz y una felicidad tan intensas, que no recuerdo haber sentido algo similar. Normalmente me despierta las ganas de ir al baño, o un ruido, no recuerdo que alguna vez me haya despertado el amor. Por un hijo daría la vida, lo supe instintivamente, y creo que a partír de este sueño, mi vida cambió.

Hace dos horas que estoy despierto disfrutando de esa sensación, una fantasía, pero que lindo se siente.

Aquella pareja, antes de crecer, de evolucionar, ahora, mi hija tendría 26 años y muchos reproches, no estaba preparado, era muy irresponsable. Llegué tarde al reparto. Si hubiera sabido lo que se siente por un hijo, hubiera desechado todos los buenos momentos para tenerlo.

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